Haber vivido con algunos cuantos hombres a lo largo de tu vida, pese a que las del visillo te hayan tratado de arrabalera, de golfa, y más, y los más te hayan tachado de sus agendas, es hoy echando cuentas, un regalo. Con los años aprendes a preguntarle a la margarita, no el maltrato del me quiere o no me quiere, sino el del me convino o no me convino, el ¿elegí bien? pero por mucho que les pese, seguir viéndola ( la margarita) crecer fuerte en nuestro jardín de al lado.